martes, 19 de junio de 2012

RECUERDO

RECUERDO
He advertido cruzar en acechanza
en la hora rezagada, la neblina
llevando celebrada por mezquina
un anhelo intangible: la añoranza.

El corazón perdura pero  afianza
con  las yemas lozanas... cristalinas...
 Simple gozo hendidura que tan fina
por  la suerte vital de la esperanza.

¿Será ese lanzamiento entorpecido
que amasa el receptáculo o la aurora
el tesoro más lento por pausado

del hombre que en la tierra es sostenido?.
No obstante, tras la sombra por traidora
se esconde el corazón esperanzado.

Amalia Lateano

No lo reconocí...


No lo reconocí por mi camino.

Nunca a un Amor vi entre aquellas nubes

en que el astro que surge por mezquino

las sombras esparcía entre querubes.


Nunca a un Amor vi entre aquellas nubes

perdida entre sus ojos, triste calma

las sombras esparcía entre querubes

en el santuario estaba en rezo el alma.


Perdida entre sus ojos, triste calma

extrañaba el cortejo enamorado.

En el santuario estaba en rezo el alma

latía fuertemente pecho amado.


Extrañaba el cortejo enamorado

el sol tibio entre todos se asomaba

latía fuertemente pecho amado

porque por las hendijas él estaba.


El sol tibio entre todos se asomaba

en las ruinas de Agripa por mezquino

porque por las hendijas él estaba.

No lo reconocí en el camino...

Amalia Lateano

ERES MI AMOR...

ERES MI AMOR...

Me distraigo con los mutismos, y con las interpelaciones
que no refuto, y precisamente te descubro.
Actualmente gozo con la palabra callada,
el espíritu gimiendo y mis sentidos palpitando.

En esta época invento alegorías de los fechas que permanecen
con la parodia de la cosecha.

Pesadillas penitentes durante mi presente que indaga
en sus jarcias una armonía única para tu amor.
Parto hacia los mares desconocidos de tu aliento
en el momento que oigo tu voz.

Siempre que la brisa me traslada para extinguir
mi latido que se apresura.
Atravieso los puentes que cruzan la luminosidad de tu mirada,
tornasolada entre azulinos y escabrosos verdes
tan profundos como el piélago.

Pretendo atesorar el desasosiego en la mochila de los sueños para desenlazar los segundos y que no existas,
bordeando con el único argumento posible,
y son los balbuceos de las modulaciones de tu perdida voz..

Hoy el vértigo que me concede la tristeza
frente a los acebos que te vieron nacer,
son las canciones que ahora disfruto.
Y sé que esto no es más que una piedra en tu camino,
y sé que juntos nos acomodaremos bajos las sonrisas de un nuevo día,
pero también sé que el suspiro del invierno
es casi un lamento de condena.

Taciturna te contemplo, te reparo, y cada minuto de tu existencia me pertenece.
En este momento los retratos son las nacientes expresiones,
Las inaugurales señales, los originales movimientos, de sol a sol te aprecio y mi presencia destella.

No obstante poseo una conexión con las estrellas,
Y te percibo y me ilumino a través de la luna.
Colócate cerca de mi cuerpo y percibe que me consumo,
Cómo es mi dilatado corazón el que alumbra cada segundo de tu vida,
y de qué manera me diluyo, mecida en tu caricia
como lo harías tú, en mi regazo...

No lo sabes pero eres
Mi Amor.


Eres mi amor, Poema


AMALIA LATEANO

Somos los mismos pero sin la piel...

SOMOS LOS MISMOS PERO SIN LA PIEL...
Acá estamos entre paredes
los que emergemos desde las penumbras
sin prender la pira del bautismo
que nos compete.

Fuera de la hora del jazmín.
Detrás de la ausencia
agazapada entre papeles.

Masticamos el argot de los marineros
y el mar está presente.
Volvemos a sacudir los otoños
por los andariveles
entre el oleaje de tristeza.

Dulce la piel cicatrizada por laberintos
espesos de presentes.
Entre dunas de oscura mansedumbre
se despierta el genio que adormece
entre susurros y palabras pensadas
y no dichas ante la noche
que como caracola se acerca por ausente.

Somos los mismos pero sin la piel.
Desnudos los instintos del amor y la muerte.
Tratamos de sobrevivirnos entre los cuartos.
Detrás de las medusas.

Al lado de los suicidas
ignorados y que sabemos diferentes.
Nada nos fue dicho. Lo presentimos todo.
No somos inocentes.

Acaso estas hebras traspasadas a los restos,
a los perfiles,
a los que no amamos demasiado
a los que mucho queremos
sean sólo un reflejo diferente
de un pájaro en la inclemencia.
O un grito desahuciado que no se pronunció.

Entre los maderos y la barranca como límite
está el puente
Y la nada.

Esta nada que no admite más que la trémula fe.
Solitaria y breve.
Naufragada el alma
en la playa

Sin más que unas miradas
Subrepticias en la noche
dibujadas en la arena como marca.
Esa es la filigrana de este día
En que somos los mismos…

AMALIA LATEANO

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